CREACIÓN DE LA ESCUELA DE AGRICULTURA Y VETERINARIA EN SANTA BEATRIZ

Jorge Vanderghem, el profesor belga que encabezó en 1902 la misión belga que vino a crear la Escuela de Agricultura y Veterinaria en Santa Beatriz, ha escrito, al referirse al Instituto creado por el Presidente Balta, y al encargado de su organización, Luis Sada, lo siguiente: “Si en lugar de escribir sus volúmenes y trazar planos sobre el papel, (Luis Sada) dedica toda su actividad a abrir la escuela, es decir a rodearse de alumnos, y comenzar la enseñanza sin más límites que los fondos que el Gobierno le diera, poco después se habría apropiado de los parques de la Exposición, con sus edificios, que no supieron a que dedicarlos al día siguiente que se concluyeron, y donde habría alojado quinientos internos. Y con esta base, la Escuela no hubiera muerto, no habría podido morir, y hoy sería el establecimiento escolar que el Perú mostraría con más orgullo.”

 

“Pero no fue así. Desaparecido el Gobierno que publicó sus planos. Sada fue tratado de visio­nario, su libro fue al archivo y de sus ideas no quedó sino la convicción de ser irrealizables, por el momento; es decir, para siempre. Confiada la dirección a Berghinz, la Escuela fue lenta­mente declinando».

La influencia de algunos ingenieros agrónomos graduados en Escuelas de Eu­ropa.

En el país había, a comienzos del siglo XX, unos pocos ingenieros agrónomos que se habían graduado en Europa. Ellos se convirtieron en pioneros de la enseñanza agrícola, pues se dedicaban a propagar la necesidad de formar profesionales similares en el país. Al haber tenido esta oportunidad de educarse en Europa, se habían impregnado de ese espíritu de progreso que se respiraba en las instituciones en que ellos se habían formado. En especial, se hablaba en Europa de los progresos que se estaban logrando en la experimentación agrícola.

Por otro lado, también estaban llegando al Perú noticias de los progresos que se iban logran­do, lentamente, en las instituciones de enseñanza agrícola de los Estados Unidos de América, que estaban tratando de emular, en sus Escuelas de Agricultura y Mecánica, los logros que estaban obteniendo las Escuelas europeas.

 

Hacia comienzos del nuevo siglo, estos pocos profesionales graduados en Europa se encar­garon de difundir las bondades de los sistemas de enseñanza agrícola superior en ese conti­nente. Uno de ellos, el Ingeniero Agrónomo Julio de Castañeda, siendo diputado por Jauja, tuvo una interesante intervención a favor del proyecto de creación de una Escuela de Agricul­tura y Veterinaria, que presentó en la Cámara de Diputados el Diputado Manuel Bernardino Pérez.

Todo este conjunto de factores positivos, influyeron en crear una corriente en el país para la creación de una Escuela de Agricultura.

La propuesta del Diputado Manuel Bernardino Perez para la creación de una Escuela Superior de Agricultura en Lima.

En 1896, el diputado Manuel Bernardino Pérez presentó, en la Cámara de Diputados, un pro­yecto de ley que creaba una “Escuela Superior de Agricultura”. La Escuela se establecería en las instalaciones que existían en el fundo Santa Beatriz, propiedad del gobierno, donde había funcionado el Instituto de Agricultura, creado por el gobierno del Presidente Balta. Pero esta vez, gracias a las nuevas tendencias imperantes en el mundo con relación a la enseñanza agrícola, se proponía que la Escuela fuera de Alto Nivel y que se otorgara al alumno, al con­cluir sus estudios, el título de ingeniero agrónomo. El proyecto indicaba, además, que la ins­titución debía depender del Ministerio de Educación Pública.

La propuesta pasó para el dictamen de la Comisión de Instrucción de la Cámara de Diputados. El informe emitido por dicha Comisión fue favorable, pero ella fue de la opinión que, la Escue­la por crearse. debería depender del Ministerio de Fomento, de reciente creación, y no del Ministerio de Educación Pública. argumentando que como aquel Ministerio tenía por “princi­pal atribución el desarrollo de las industrias y que entre sus secciones cuenta con hombres profesionales y técnicos en sus diversas ramas, lo natural era que la Escuela que trata de crearse dependa del Ministerio de Fomento”. 

El proyecto, aprobado con dicha modificación en la Cámara de Diputados. pasó para su apro­bación a la Cámara de Senadores. Infortunadamente, éste no se llegó a aprobar durante el Gobierno del Presidente Nicolás de Piérola. El mandato de este Presidente concluyó en Se­tiembre de 1899 y fue sucedido en el Mando Supremo por el Ingeniero Eduardo López de Romaña, quien había hecho sus estudios en el King ‘s College de Inglaterra. Durante su per­manencia en Inglaterra, había tenido oportunidad de ver los progresos que se hacían en las Escuelas de Agricultura europeas, y las ventajas de ser ellas de alto nivel. Por otro lado, era la primera vez que había en el Perú un Presidente que era Ingeniero. El Presidente dio su más entusiasta apoyo a las acciones emprendidas para la creación de la nueva Escuela de Agricul­tura en Santa Beatriz.

La posición de la Sociedad Nacional de Agricultura frente al proyecto de ley del diputado Manuel Bernardino Pérez, para la creación de una Escuela Supe­rior de Agricultura.

La Sociedad Nacional de Agricultura recibió, en Agosto de 1900, el proyecto de ley, aprobado ya por la Cámara de Diputados, y que había sido enviado por la Cámara de Senadores al Ministerio de Fomento, para que emita su opinión, quién a su vez solicitó la opinión de dicha Sociedad.

Reunido el Consejo Directivo, el 14 de Setiembre de ese mismo año, acordó pasar el proyecto Pérez a la misma comisión que, previamente, había preparado una propuesta para la creación de una escuela teórico-práctica de agricultura, de nivel mucho más bajo.

Con fecha 5 de Octubre de 1900, la comisión presentó su informe. Comenzaba éste indicando que era muy laudable la idea de fundar una Escuela de Agricultura, para pasar inmediatamente a criticar negativamente la propuesta.

Textualmente decía el informe: “Desgraciadamente, el proyecto materia de este informe, si bien es cierto que es un documento de grandes alcances, es adaptable mas bien a países donde ya la agricultura haya alcanzado desarrollo tal que sus necesidades exijan la creación de institu­tos agronómicos, para formar ingenieros del ramo, o sea, especialistas científicos que vengan a explicar al agricultor el porque de tal o cual práctica. Siendo las apremiantes necesidades de nuestra agricultura el contar con brazos auxiliares que secunden los esfuerzos de los propie­tarios, con conocimientos suficientemente prácticos a la vez que con rudimentos teóricos, el proyecto aludido no concilia estas necesidades, en concepto de la comisión.”

En otra parte de su exposición, la comisión aludía al hecho que el costo de crear una escuela de agricultura de ese alto nivel sería no menor a 150,000 soles y que la propuesta de crear un impuesto que grave al consumo de azúcar, en la República, no era el mejor medio de fomentar la industria agrícola, al crearle nuevos gravámenes, sino que, al contrario, iba a provocar una situación en que las actividades agrícolas tendrían que abandonarse por perjudicial.

LA CREACIÓN DE LA ESCUELA NACIONAL DE AGRICULTURA Y VETERINARIA

El Presidente Eduardo López de Romaña aprueba la creación de una Escuela de Agricultura de Alto Nivel.

No se puede decir que las repetidas gestiones hechas por la Sociedad Nacional de Agricultura hubieran sido totalmente negativas, pues, es evidente que reflejaban el interés de crear una Escuela de Agricultura, y esto en sí reflejaba una inquietud positiva del sector agrícola. Por otro lado, tampoco había unanimidad en el punto de vista que la Sociedad había expresado al Gobierno.

Hacia comienzos del año 1901 estaba claro que el poder legislativo no iba a tomar una deci­sión, a breve plazo, para la creación de la Escuela de Agricultura. La decisión de crearla vino, finalmente, del poder ejecutivo. El Presidente López de Romaña, quizás por su propia forma­ción de ingeniero y su conocimiento personal de la situación de las escuelas de agricultura, de reciente creación en Europa, optó por crear en el Perú una Escuela de Alto Nivel, que otorgaría el título de Ingeniero Agrónomo. Tomó otra acertada decisión: que se trajera profesores esco­gidos entre los graduados de una Escuela de Agricultura de prestigio en Europa. Se seleccio­nó al Instituto de Agricultura de Gembloux, Bélgica, que ya contaba con 40 años de existencia y una bien ganada reputación.

El 18 de Marzo de 1901, el Presidente de la República, “teniendo en consideración que era de inaplazable necesidad la creación de una Escuela de Agricultura y Veterinaria, con el voto unánime del Consejo de Ministros, resolvió autorizar al Cónsul del Perú, en Amberes, para que procediese a contratar cuatro ingenieros agrónomos y tres veterinarios, para la fundación de la mencionada Escuela.”

Dos personas, además del Presidente de la República, merecen el reconocimiento de los pe­ruanos, por su respaldo decidido a la nueva institución: el que era por entonces Ministro de Fomento, Dr. Agustín Tovar, y el Cónsul del Perú en Amberes, Coronel Dálmace Moner Tolmos.

El último de los nombrados, que había recibido el encargo de contratar al grupo de profesores para la nueva Escuela, no perdió tiempo para efectuar dicha contratación. No sólo se puso en contacto inmediato con el director del Instituto de Gembloux, lng. Humbert, sino que, además, procedió a adelantar, de su propio peculio, el dinero para la contratación.

El Director del Instituto de Gembloux reaccionó con gran entusiasmo e interés al pedido del gobierno peruano y seleccionó a cuatro ingenieros agrónomos, egresados del Instituto, para cumplir con la misión. Ellos fueron los ingenieros Georges Vanderghem, Henri van Hoorde, Victor Mari e y Jean Michel. Además, se seleccionó para integrar la misión al veterinario Arturo Declerck, graduado de la Escuela de Veterinaria de Cureghem, en Bélgica.

Con una rapidez encomiable cumplió el encargo el Cónsul Moner, pues el 27 de Mayo de 1901 se embarcaron los miembros de la misión en Amberes rumbo al Callao, donde llegaron en Julio de 1901.

Los Viajes de Reconocimiento de la Realidad Agrícola en el Territorio Nacional

Habiéndose ya establecido las bases de la organización de la nueva Escuela, se acordó que los miembros de la misión belga debían viajar a distintas partes del territorio nacional, para estu­diar las diferentes zonas de producción agrícola, sus condiciones culturales y sus problemas, incluyéndose aquellos de orden económico. Los ingenieros Georges Vanderghem y Víctor Marie se dirigieron al Norte de la República para visitar los diferentes valles costeños y sus cultivos, en particular los de la caña de azúcar, de gran importancia económica para el país. Los ingenieros J. Michel y H. van Hoorde se dirigieron a visitar los valles del Sur. El médico veterinario A. Declerck se dirigió a Puno a visitar-los fundos ganaderos de la zona. Las diver­sas misiones de visita regresaron a Lima en Febrero de 1902 y presentaron al gobierno un interesante y documentado informe.

Estas visitas a diferentes zonas del país que fueron tan importantes e ilustrativas, se fueron repitiendo con el correr de los años y constituyeron una parte importante de la acumulación de conocimientos sobre la realidad agrícola del país y la necesidad de experimentación en deter­minadas áreas de la agricultura peruana.

Cambios en el Ministerio de Fomento.

A mediados de Julio de 1901 hubo algunos cambios en la composición del gabinete ministe­rial del Presidente López de Romaña, que vinieron a favorecer los trabajos de creación de la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria.

El fundo de Santa Beatriz, que a la sazón estaba ocupado por la caballería del ejército, fue entregado a la nueva Escuela, gracias a una disposición del Ministro Tovar, para que en ella se construyeran las instalaciones necesarias para su funcionamiento. Por otro lado, la presencia de Larrabure y Unanue en el Ministerio de Fomento garantizaba todo el apoyo necesario para poder construir las nuevas instalaciones. De la antigua Escuela, de la época de Balta, no que­daba sino un fundo mal cultivado, que había estado ocupado por el ejército, como menciona­mos más arriba, Como no se habían provisto fondos, a lo largo de los años, las pocas cons­trucciones que quedaban estaban en pésimo estado. A Larrabure y Unanue se debe que se superaran obstáculos, que parecían en un momento insalvables, para poder establecer las mínimas edificaciones necesarias y se adquiriera el material necesario para poder iniciar las clases en la Escuela. Se había fijado como fecha de inauguración de ella, el 22 de Julio de 1902, pero las clases comenzaron casi dos meses antes, el 28 de Mayo de ese año, gracias a todas las acciones de apoyo. 

Construcción de la Escuela

Habiendo ya sido acordado que el Director de la Escuela sería el lng. Jorge Vanderghem, una Resolución Suprema, del 31 de Octubre de 1901, comisionó al ingeniero Teobaldo Eléspuru para que formulara el presupuesto de las construcciones necesarias, de conformidad con el proyecto presentado por el director y para que se hiciera cargo de la dirección de las obras. Fue nombrado ayudante de las mismas, Luis Larrabure. 

Se acordó que una edil icación ya existente en Santa Beatriz fuera re modelada y expandida para servir de sede a la Escuela. Era una construcción de la época de la antigua escuela, construida hacia 1870, a la cual se le iban a agregar dos alas nuevas, de dos pisos cada una. Los planos fueron aprobados en el mes de Noviembre de 1901. El edificio tendría un área de 750 metros cuadrados. En la parte central del primer piso estarían la Dirección y la Administración. A la derecha estaría el comedor y a la izquierda una sala de dibujo. Los altos de esta parte antigua del edificio estaría destinada para los departamentos del Director y los Profesores. El ala dere­cha nueva estaría destinada, en la parte baja, para Física y Química y constaría de un auditorio, un laboratorio de química y un gabinete de Física. En la parte alta albergaría un dormitorio para 40 alumnos. El ala izquierda nueva tendría, en la parte baja, dos salones de clases y, en los altos, un laboratorio de botánica y bacteriología y un salón de colecciones. La cocina, los almacenes y los servicios sanitarios, quedarían instalados en pabellones separados del edifi­cio principal.

Ing. Jorge Vanderghem
El primer personal docente y administrativo de la Escuela.

El nombramiento oficial del Director y el primer cuerpo docente, se hizo por Resoluciones Supremas de fechas 1 ° de febrero y 9 de Mayo de 1902. A los 5 profesores belgas venidos en la misión, se agregaron dos profesores nacionales, uno en el área de economía y legislación, el otro para la enseñanza de Dibujo.

Los profesores nombrados fueros los siguientes: 
  1. lng. Agr. Georges Vanderghem-Director, y Profesor de Tecnología y Botánica.
  2. lng. Agr. Jean Michel-Profesor de Matemáticas, Mecánica e Hidráulica.
  3. lng. Agr. Henri van Hoorde-Profesor de Física, Química y Contabilidad.
  4. lng. Agr. Víctor Marie-Profesor de Agricultura, Economía Rural y Geología
  5. Med. Vet. Arturo Declerck-Profesor de Zootécnia.
  6. Dr. Carlos Larrabure y Correa-Profesor de Economía Política, Principios de Legislación Civil y Legislación Rural. 
  7. Sr. Ricardo Laos-Profesor de Dibujo.
Se nombró al siguiente personal administrativo:
  1. Sr. Santiago Poppe-Tesorero.
  2. Sr. Maximiliano Archimbaud-Administrador del Fundo Santa Beatriz.
  3. Sr. Juan J. Del Risco-Jefe de Servicios.
  4. Sr. Julio S. Seminario-Inspector
  5. Sr. Juan l. Barreta-Inspector 
Primer local de la ENAV en Santa Beatriz en el año 1904. En el carrito jalado por una mula, se trasladaban los profesores. Uno de ellos, el Ing. Víctor Marie, fundador, está sentado a la derecha.

La inauguración de la Escuela.

La Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria fue inaugurada oficialmente el 22 de Julio de 1902. En el periódico “El Comercio” de Lima, apareció la siguiente reseña, al día siguiente:

“Ayer a las tres y media de la tarde, se inauguró solemnemente por el Supremo Gobierno, la Escuela Nacional de Agricultura y Veterinaria, establecida en el centro de los extensos terrenos de Santa Beatriz.”

“Desde pocos momentos antes que llegara al edificio el Presidente de la República, con los Ministros de Estado, edecanes, el Director de Fomento y el Oficial Mayor de Relaciones Exte­riores, se hallaban en el vestíbulo de la Escuela varios miembros del Cuerpo Diplomático y Consular, de las Sociedad Geográfica, de Agricultura, Industrias, Minería, etc., etc., y otras numerosas personas entre las que formaban parte los alumnos del plantel.”

“S. E. el Presidente y comitiva fueron recibidos por el Director y Profesores, siendo saludados cordialmente por los Diplomáticos allí presentes. Enseguida, pasaron al salón de la Biblioteca donde se ejecutó la ceremonia.”

Dos elocuentes discursos fueron pronunciados por el Ministro de Fomento, Eugenio Larrabure y Unanue y por el director de la Escuela, Georges Vanderghem. A continuación, el Presidente de la República Eduardo López de Romaña, declaró inaugurada la Escuela.

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